Cuando hablamos de puertas ignífugas nos referimos a un sistema de protección pasiva contra incendios. Este mecanismo se implanta en edificios y otro tipo de espacios para contener el fuego y mejorar la evacuación de los espacios. Se trata de un elemento de instalación obligatoria para determinados espacios.
Las puertas ignífugas pueden ser de madera, vidrio o metal y se instalan en las diferentes estancias que divide un edificio, de modo que si se origina un incendio en una de las estancias, la puerta ignífuga, evitará que el fuego se propague por el resto de la estancia. Es decir, se encargan de evitar una propagación del fuego y permiten una evacuación segura.
Las puertas cortafuegos deben cumplir una serie de requisitos técnicos y contar con la correspondiente certificación CE amparada en la norma EN-16034. Suelen estar fabricadas con materiales metálicos con el objetivo de ser resistentes al fuego, evitarán la propagación de humos y gases y deberán abrirse fácilmente y cerrarse de manera autónoma.
Tipos de puertas cortafuegos según su resistencia al fuego
Una de las clasificaciones más comunes que puedes encontrar en el mercado en relación con las puertas ignífugas se basa a la resistencia al fuego. Este término hace referencia al tiempo que la puerta puede mantener sus características de integridad y aislamiento en un incendio. A continuación las analizamos.
30 minutos
Se trata de los modelos que cuentan con un menor tiempo de resistencia. Su uso no está muy extendido, aunque es habitual como elemento de seguridad no obligatorio legalmente.
60 minutos
En este caso mantienen sus propiedades durante 60 minutos. Es necesaria su instalación en edificios de viviendas, espacios docentes o de índole administrativo para alturas menores de 15 metros.
90 minutos
Se utilizan en edificios para alturas entre los 15 y los 28 metros. Además, es la clasificación mínima que puedes encontrar en centros hospitalarios de baja altura (hasta 15 metros). Resiste 90 minutos a un incendio.
120 minutos o más
Aparcamientos, construcciones bajo rasante, alturas superiores a 28 metros y en el caso de los hospitales, centros comerciales o zonas de gran afluencia a los 15 metros. Se trata de la opción que ofrece una mayor protección. En esta franja también podemos encontrar la clasificación de 180 y 240 minutos.
Normativa aplicable
El marcado CE de las puertas cortafuegos pasó a ser obligatorio en de septiembre de 2019.
Según la norma UNE EN 16034:2015 de características de control de humos y resistencia al fuego, se tiene que aplicar para puertas peatonales, industriales, de garaje y ventanas practicables.
Esta norma exige que este tipo de puertas se fabriquen con materiales resistentes al fuego y deben estar recubiertas con materiales aislante para que en caso de incendio, si una persona la toca, evite quemaduras.
Este tipo de puertas están obligadas a demostrar su validez a partir de dos ensayos y sus correspondientes informes:
- El ensayo de resistencia al fuego.
- El ensayo de durabilidad del autocierre.
- Un informe único de clasificación.
El informe deberá tener la descripción detallada y específica de la puerta ensayada:
- Nombre del fabricante y quien solicita el informe.
- Tipo de puerta cortafuego y como opera.
- El número de hojas.
- Número de caras ensayadas.
- Las dimensiones.
- El material del marco y de la hoja.
- Número de elementos vidriados y su tamaño.
- Composición y medidas de juntas.
- Los accesorios instalados en el ensayo.
- Sistema de fijación y tipo de obra soporte.
- Holguras entre marco y hoja.
- Marcado CE de la propia puerta cortafuegos.
- Marcado CE de herrajes fundamentales.
- Marcado CE de los herrajes opcionales.
¿Cómo funciona una puerta cortafuegos?
La base de las puertas cortafuegos consiste en generar sectores pequeños de grandes áreas. Esto permite aislar una determinada superficie ante la posibilidad de que se produzca un incendio con el objetivo de contenerlo.
Cuando ocurre este tipo de incidentes, gracias a su uso se contienen las llamas y el humo en el espacio delimitado por las mismas. Esto permite facilitar la evacuación del personal, así como evitar daños materiales en las estructuras de alrededor. Esta contención es básica para que los equipos de emergencia puedan llevar a cabo las labores de extinción.
Mantenimiento de las puertas ignífugas
Es fundamental, realizar un correcto mantenimiento en las puertas ignífugas. Técnicos profesionales están obligados a vigilar y controlar que el elemento de protección pasiva que forma la puerta cortafuegos mantenga sus características, sin contar con abolladuras, esté fijada en las bisagras, comprobar y verificar si existen fisuras en la pared del entorno de sujeción, etc.
Se deben inspeccionar puntos de anclaje, manijas o manivelas, arandelas de expansión o elementos antipánico.
Una cosa a tener en cuenta al inspeccionar una puerta cortafuegos es que puede cerrarse automáticamente sin complicaciones y a una velocidad adecuada. Además, la puerta como elemento de evacuación debe ser seguro y no tener obstáculos o elementos que obstruyan o dificulten la evacuación de personas.
El artículo 11 del «Código Técnico de la Edificación» (CTE) es la norma que determina las condiciones de mantenimiento que tienen que cumplir las puertas ignífugas.
Además, determina la vida útil de las puertas cortafuegos en 20 años.
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